En
toda organización que cumple una gestión productiva, se hace necesaria la
acción supervisora, a objeto de mantenerse informada sobre la buena realización
de los procesos que se emprenden para seguir la marcha positiva de las
operaciones planificadas en la consecución del fin, objetivos y metas
establecidas, o al contrario, si esos procesos han desviado y necesitan
correctivos, más aun, cuando esta organización es la de una institución
educativa cuya misión es formar los ciudadanos que van a generar los cambios
sociales, culturales y económicos que demanda la República.
Para producir estos cambios y
lograr elevar la calidad de la educación, la acción debe estar orientada entre
otras cosas hacia el mejoramiento y redimensión del proceso de supervisión,
pues en la actualidad parece ser que no satisface las exigencias que permiten
incrementar la calidad de la acción educativa, y que se limita a la recepción y
entrega de los recaudos.
En este sentido, se entiende como supervisión educativa
al proceso que asegura el desarrollo, mejoramiento y cambio del sistema,
centrándose esta función en el proceso administrativo, de manera tal, que se
constituya en sí misma un aporte técnico y asistencial, para el mejoramiento de
los procesos educativos, lo cual plantea la necesidad de realizar vigorosos
esfuerzos para la restitución, reactivación y valorización del auténtico rol
supervisivo, cuyas acciones y objetivos exige que los profesionales, encargados
de ejercer esta función, estén altamente calificados en todos los aspectos
inherentes al nivel o modalidad del sistema educativo donde estén desempeñando
su labor.
Tales consideraciones toman especial relevancia en la
modalidad educativa de adultos, donde el supervisor debe basar sus acciones en
el conocimiento auténticamente científico de los acontecimientos o medios que
inciden en el proceso educativo que se desarrolla en esta modalidad, el cual
demanda estrategias para planear, organizar y dirigir el acto educativo de una
manera diferente a la pedagogía, dada las características peculiares del adulto
en situación de aprendizaje.
En el marco de esta expectativa, es necesario precisar
que el proceso educativo que se realiza en la modalidad de adultos, está
fundamentado teóricamente en el enfoque andragógico, definido por Adam (1992)
como “La ciencia de las técnicas y los métodos de la educación del hombre en la
edad adulta”, planteándose la centralización del aprendizaje en el
participante dentro del contexto de educación permanente y de la cooperación
grupal, para buscar resolver las limitaciones que pueda tener dicho
participante, en una relación horizontal y participativa.
Es por ello que se debe buscar en la Andragogía los
fundamentos metodológicos que permiten adecuar en las relaciones
supervisor-supervisado a la naturaleza biopsicosocial de una comunidad adulta,
caracterizada por el respeto mutuo, la responsabilidad, la participación y la
comunicación basada en la horizontalidad, pues sus principios se presentan como
una alternativa que puede ayudar a facilitar la acción supervisora en la
modalidad de adultos, en función garantizar asegurar la eficiencia y la
efectividad en el cumplimiento de los objetivos y metas previstas en esta
modalidad del sistema educativo.
Dada la importancia de estas premisas, la realidad de
muchas instituciones que imparten la modalidad educativa de adultos se
contrapone a este deber ser se observa la ausencia de una metodología adecuada
para supervisar al personal docente que allí labora, así como la poca capacidad
del personal que ejerce funciones supervisoras para orientar, capacitar,
actualizar y ayudar a los docentes dentro del contexto de una supervisión
pertinente con las exigencias de la educación orientada por principios andragógicos,
lo cual repercute negativamente en la calidad educativa que se imparte en las
mencionadas instituciones.
Buen artículo Profa Herminia¡
ResponderBorrarLa educación de adultos debe ser un proceso integral y permanente, destinado a lograr la formación de quienes no recibieron educación sistemática. Asimismo este proceso conlleva a un alto compromiso de supervisión la cual va articulado con aplicar procesos y procedimientos que controlen , garanticen y evalúen acciones para una mejor calidad educativa.
Gracias por tu comentario.
BorrarDesde la perspectiva de la profesora Herminia Mijares el acto de supervisión del proceso educativo del adulto deberá estar signado por el conocimiento veraz y efectivo del contexto sociocultural que incide en dicho proceso; más aún cuando es el adulto en situación de aprendizaje que debe resolver sus limitaciones desde su fortalezas, es decir en un proceso muy intrínseco, donde los facilitadores de estos aprendizajes sirvan de salvavidas y sean el equilibrio que tanto necesitan para continuar
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