Radio Dubén Stereo.

miércoles, 27 de marzo de 2019

La Supervisión en la Educación de Jóvenes, adultas y adultos, según la Profesora Hermina Mijares.


Profa. Herminia Mijares de Dulcey
Magister en Ciencias de la Educación
Directora de la UENB Fuerte Tiuna
Participante de la Especialización del PNFAE en Dirección y
Supervisión Educativa en el Circuito Educativo Fuerte Tiuna.
En toda organización que cumple una gestión productiva, se hace necesaria la acción supervisora, a objeto de mantenerse informada sobre la buena realización de los procesos que se emprenden para seguir la marcha positiva de las operaciones planificadas en la consecución del fin, objetivos y metas establecidas, o al contrario, si esos procesos han desviado y necesitan correctivos, más aun, cuando esta organización es la de una institución educativa cuya misión es formar los ciudadanos que van a generar los cambios sociales, culturales y económicos que demanda la República.
Para producir estos cambios y lograr elevar la calidad de la educación, la acción debe estar orientada entre otras cosas hacia el mejoramiento y redimensión del proceso de supervisión, pues en la actualidad parece ser que no satisface las exigencias que permiten incrementar la calidad de la acción educativa, y que se limita a la recepción y entrega de los recaudos.
En este sentido, se entiende como supervisión educativa al proceso que asegura el desarrollo, mejoramiento y cambio del sistema, centrándose esta función en el proceso administrativo, de manera tal, que se constituya en sí misma un aporte técnico y asistencial, para el mejoramiento de los procesos educativos, lo cual plantea la necesidad de realizar vigorosos esfuerzos para la restitución, reactivación y valorización del auténtico rol supervisivo, cuyas acciones y objetivos exige que los profesionales, encargados de ejercer esta función, estén altamente calificados en todos los aspectos inherentes al nivel o modalidad del sistema educativo donde estén desempeñando su labor.
Tales consideraciones toman especial relevancia en la modalidad educativa de adultos, donde el supervisor debe basar sus acciones en el conocimiento auténticamente científico de los acontecimientos o medios que inciden en el proceso educativo que se desarrolla en esta modalidad, el cual demanda estrategias para planear, organizar y dirigir el acto educativo de una manera diferente a la pedagogía, dada las características peculiares del adulto en situación de aprendizaje.
En el marco de esta expectativa, es necesario precisar que el proceso educativo que se realiza en la modalidad de adultos, está fundamentado teóricamente en el enfoque andragógico, definido por Adam (1992) como “La ciencia de las técnicas y los métodos de la educación del hombre en la edad adulta”, planteándose la centralización del aprendizaje en el participante dentro del contexto de educación permanente y de la cooperación grupal, para buscar resolver las limitaciones que pueda tener dicho participante, en una relación horizontal y participativa.
Es por ello que se debe buscar en la Andragogía los fundamentos metodológicos que permiten adecuar en las relaciones supervisor-supervisado a la naturaleza biopsicosocial de una comunidad adulta, caracterizada por el respeto mutuo, la responsabilidad, la participación y la comunicación basada en la horizontalidad, pues sus principios se presentan como una alternativa que puede ayudar a facilitar la acción supervisora en la modalidad de adultos, en función garantizar asegurar la eficiencia y la efectividad en el cumplimiento de los objetivos y metas previstas en esta modalidad del sistema educativo.
Dada la importancia de estas premisas, la realidad de muchas instituciones que imparten la modalidad educativa de adultos se contrapone a este deber ser se observa la ausencia de una metodología adecuada para supervisar al personal docente que allí labora, así como la poca capacidad del personal que ejerce funciones supervisoras para orientar, capacitar, actualizar y ayudar a los docentes dentro del contexto de una supervisión pertinente con las exigencias de la educación orientada por principios andragógicos, lo cual repercute negativamente en la calidad educativa que se imparte en las mencionadas instituciones.

3 comentarios:

  1. Buen artículo Profa Herminia¡
    La educación de adultos debe ser un proceso integral y permanente, destinado a lograr la formación de quienes no recibieron educación sistemática. Asimismo este proceso conlleva a un alto compromiso de supervisión la cual va articulado con aplicar procesos y procedimientos que controlen , garanticen y evalúen acciones para una mejor calidad educativa.

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  2. Desde la perspectiva de la profesora Herminia Mijares el acto de supervisión del proceso educativo del adulto deberá estar signado por el conocimiento veraz y efectivo del contexto sociocultural que incide en dicho proceso; más aún cuando es el adulto en situación de aprendizaje que debe resolver sus limitaciones desde su fortalezas, es decir en un proceso muy intrínseco, donde los facilitadores de estos aprendizajes sirvan de salvavidas y sean el equilibrio que tanto necesitan para continuar

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