Cada
15 de febrero se celebra el Día Internacional de la lucha contra el Cáncer
Infantil, que tiene como objetivo sensibilizar y concienciar sobre
los desafíos que representa esta enfermedad en niños y adolescentes.
Esta
declaración se llevó a cabo en Luxemburgo en el año 2001. Fue creado por la
Organización Internacional de Cáncer Infantil, CCI, antes conocida como
Confederación Internacional de Organizaciones de Padres de Niños con Cáncer
(ICCCPO).
El
Día Internacional de la lucha contra el Cáncer Infantil se basa en la creencia
de la CCI de que todo niño con cáncer merece la mejor atención médica y
psicológica,
independientemente de su país de origen, raza, estatus económico o clase social.
Cinco tipos de
cáncer infantil más frecuentes
Leucemia
Es
un cáncer de los glóbulos blancos (leucocitos). Es el tipo más común en niños.
Las células sanguíneas se forman en la médula ósea. Los glóbulos blancos ayudan
a su organismo a combatir las infecciones; sin embargo, en los casos de
leucemia, la médula ósea produce glóbulos blancos anormales.
Los
factores de riesgo para la leucemia en niños incluyen tener un hermano o
hermana con este cáncer, tener determinados trastornos genéticos y recibir
tratamiento con radiación o quimioterapia. Generalmente, la leucemia infantil
se cura con tratamiento: quimioterapia, medicamentos y radiación. En algunos
casos, un trasplante de médula ósea y de células madre puede ayudar.
Tumores cerebrales
Son
abultamientos dentro del cráneo. Se encuentran entre los tipos más comunes de
cánceres en niños. Algunos son tumores benignos, aun así, pueden ser serios.
Los tumores malignos son cancerosos.
El
tratamiento en los niños a veces es diferente al utilizado para los adultos.
Los efectos secundarios a largo plazo son un aspecto importante. Las opciones
también dependen del tipo de tumor y de su localización. Frecuentemente es
posible extirpar el tumor; cuando no lo es, puede usarse radiación,
quimioterapia o ambos.
Este
aparece cuando un linfocito, un tipo de glóbulo blanco, comienza a
multiplicarse y deja sin espacio a las células sanas. Los linfocitos cancerosos
crean tumores que agrandan los ganglios linfáticos.
Existen
muchos tipos de linfoma: Un tipo se denomina enfermedad de Hodgkin; el resto se
conoce como linfoma no Hodgkin. Los linfomas no Hodgkin comienzan cuando un
tipo de glóbulos blancos, llamado células T o células B, se hacen anormales.
Las células se dividen una y otra vez aumentando el número de células
anormales.
Las
células anormales pueden diseminarse a casi todas las demás partes del cuerpo.
La mayor parte del tiempo, los médicos no pueden determinar por qué una persona
desarrolla un linfoma no Hodgkin.
Sarcoma del tejido blando
Es
un cáncer en los tejidos blandos, los cuales conectan, apoyan o rodean a otros
tejidos. Algunos ejemplos incluyen músculos, tendones, grasa y vasos
sanguíneos.
Existen
muchos tipos, tomando como base el tipo de tejido en el que se inician. Algunas
veces se diseminan y pueden ejercer presión sobre los nervios y otros órganos,
causando problemas como dolor o dificultad para respirar.
No
se sabe con exactitud la causa de estos cánceres, pero se corre un riesgo mayor
si se estuvo expuesto a determinadas sustancias químicas, se recibió
radioterapia o se tiene alguna enfermedad genética.
Osteosarcoma
Es
el tipo más común de cáncer de hueso y uno de los más incidentales durante la
infancia. Aunque existen otros tipos que con el tiempo se pueden extender a
partes del esqueleto, éste es uno de los pocos que de hecho comienzan en los
huesos y a veces se extienden a otras partes, por lo general a los pulmones u
otros huesos.
Dado
que el osteosarcoma por lo general se desarrolla a partir de los osteoblastos
(las células que forman el tejido óseo), con más frecuencia afecta a los
adolescentes que están experimentando un crecimiento rápido en altura.
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