El
Día Mundial de la Alimentación se
celebra el 18 de noviembre de cada año. Fue proclamado en 1979 por la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO). Su finalidad es concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema
alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre,
la desnutrición y la pobreza. El día coincide con la fecha de la fundación de
la FAO en 1945.
Fue establecido
por países miembros de la FAO en la Reunión General de la Organización Número
20; la delegación húngara, encabezada por el Ministro de Agricultura y
Alimentación, Paúl Romany, desarrolló un activo rol en la Sesión Número 20 de
la Conferencia de la FAO, sugiriendo la idea de celebrar mundial mente el DMA.
Desde entonces se ha convocado cada año en más de 150 países, dando a conocer
los problemas detrás de la pobreza y el hambre.
El 5 de
diciembre de 1980 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución
35/70 acogió con beneplácito la observancia del Día Mundial de la Alimenta
ción.
La FAO establece
como objetivos para esta celebración:
·
Estimular una mayor atención a la producción
agrícola en todos los países y un mayor esfuerzo nacional, bilateral,
multilateral y no gubernamental a ese fin.
·
Estimular la cooperación económica y técnica
entre países en desarrollo.
·
Promover la participación de las poblaciones
rurales, especialmente de las mujeres y de los grupos menos privilegiados, en
las decisiones y actividades que afectan a sus condiciones de vida.
·
Aumentar la conciencia pública de la naturaleza
del problema del hambre en el mundo; promover la transferencia de tecnologías
al mundo en desarrollo.
·
Fomentar todavía más el sentido de solidaridad
nacional e internacional en la lucha contra el hambre, la malnutrición, la
pobreza, señalar a la atención los éxitos conseguidos en materia de desarrollo
alimentario y agrícola.
Cada año se
produce el doble de los alimentos que hacen falta para que los más de 7.300
millones de personas que habitan la Tierra pero 793 millones de personas pasan
hambre. En todo el mundo las mujeres son las principales encargadas de la
nutrición, la seguridad y calidad de los alimentos en la familia y en la
comunidad.
En los países en
desarrollo, la mayor parte del trabajo de las mujeres se dedica a la
agricultura. Aunque los hombres normalmente aran los campos y guían a los
animales de tiro, las mujeres hacen la mayor parte del trabajo relacionado con
la siembra, escarda, fertilización y recolección de los alimentos básicos, como
el arroz, trigo y maíz, que representan más de 90% de la dieta de la población
rural pobre. La contribución de las mujeres a los cultivos secundarios, como
las legumbres y hortalizas, es todavía mayor. En su mayoría, estos cultivos se
producen en huertos familiares, cuidados casi exclusivamente por mujeres. Estos
huertos muchas veces son notablemente productivos y son fundamentales para el
bienestar nutricional y económico. En un estudio realizado en Nigeria oriental,
por ejemplo, se comprobó que los huertos familiares, que en promedio ocupan
sólo 20% de la propiedad familiar, aportaban casi la mitad del total de la
producción agrícola. De la misma manera, se estima que en Indonesia los huertos
familiares aportan más del 20% de los ingresos del hogar y el 40% de los suministros
alimentarios domésticos.
Las regulaciones
internacionales de la Organización Mundial del Comercio y de la Unión Europea
establecen que para poder sembrar, vender o intercambiar semillas, estas tienen
que cumplir con el criterio DUS (Distinción, Uniformidad y Estabilidad) algo
que es difícil de cumplir por la agricultura tradicional cuyas semillas no son
uniformes ni estables. Eso hace que miles de pequeños agricultores tengan
dificultades para resembrar y comercializar su propia simiente. Pueden comprar
semillas certificadas pero, además de ser uniformes, les supone un coste
extraordinario.
Pérdida de
biodiversidad: Según datos de la FAO (organización de la ONU para la
alimentación y la agricultura), a lo largo de la historia la humanidad ha
utilizado entre 8000 y 10 000 especies distintas para su alimentación. Hoy se
producen y distribuyen comercialmente alrededor de 150. Y el 60% de las
calorías que consumimos vienen de solo cuatro especies: el trigo, el maíz, el
arroz y las patatas. Y también se utilizan cada vez menos variedades dentro de
la misma especie.